KTM 390 SMC R 2025 vs. Yamaha R7 2024

KTM 390 SMC R 2025

Yamaha R7 2024
Technical Specifications KTM 390 SMC R 2025 compared to Yamaha R7 2024
Pros and Cons in comparison
Pros and Cons in comparison
KTM 390 SMC R 2025

La KTM 390 SMC R no es ni una 690 estilizada ni un derivado disfrazado de la Duke, sino una interpretación independiente del tema supermoto: accesible, adecuada para el uso diario y, sin embargo, con suficiente agudeza para ángulos de inclinación serios. No tiene una radicalidad bruta, sino un conjunto global inteligente que cubre con confianza la conducción urbana, las vueltas después del trabajo y las excursiones ocasionales a la pista. El motor se revoluciona con facilidad, la suspensión puede ajustarse con precisión, los frenos funcionan excepcionalmente bien y la ergonomía te permite dar un paseo más largo, sin tener que sacar después las rodillas del tapón de la gasolina una a una. Con un precio de entrada de 6.299 euros en Alemania (más costes accesorios) y 6.999 euros en Austria (incl. NoVA), sigue teniendo un precio razonable, especialmente teniendo en cuenta el amplio equipamiento con pantalla TFT, control de tracción, ABS Supermoto y un cambio rápido opcional. En resumen: si buscas una moto compatible con el A2 con carácter que no sólo sea fácil de conducir sino también de entender, la 390 SMC R es una acertada mezcla de racionalidad y comportamiento lateral. Y al final, esto es quizás exactamente lo que el mercado de las supermoto ha echado en falta hasta ahora.
Yamaha R7 2024

En definitiva, la R7 es una muy buena moto de pista para principiantes que me preparó para la conducción en pista de forma segura, agradable y en ningún caso extenuante y me acompañó a lo largo del camino. La ergonomía cómoda pero preparada para la pista, el peso ligero, los fantásticos neumáticos, frenos y componentes de suspensión y el par motor a bajo y medio régimen me permitieron corregir los errores que cometen la mayoría de los pilotos de pista novatos, y todo ello sin derribarme, asustarme, amedrentarme o incluso hacerme tirar la toalla.















