Una batería de motocicleta no es simplemente un almacén de energía, sino una pequeña central química. Y como todo sistema químico, es sensible a la temperatura. Con el calor del verano, los procesos electroquímicos se aceleran. A corto plazo, esto puede ser positivo, ya que la batería ofrece más potencia. Sin embargo, a largo plazo, esto lleva a un proceso de envejecimiento más rápido. Las consecuencias exactas son:
- Pérdida de agua aumentada en baterías de plomo-ácido clásicas.
- Hinchazón y emisión de gases en baterías AGM y Gel debido al sobrecalentamiento.
- Descarga automática más rápida, cuando la moto permanece inactiva por períodos prolongados.
Los efectos no se perciben de inmediato. Solo cuando la moto arranca con dificultad, el voltaje del sistema cae o la batería muestra signos visibles de "esfuerzo", como un contenedor deformado, queda claro que el verano demanda un precio.