De giros cerrados a pendientes pronunciadas: Consejos para principiantes en off-road

Fue uno de esos momentos que acelera el pulso de cualquier novato en Enduro: delante de mí se alzaba una pendiente empinada, cuya superficie de grava suelta parecía un rompecabezas traicionero de piedrecillas resbaladizas. Mi pulso se disparó a un ritmo que ni siquiera mi 450 podía alcanzar. Mis antebrazos se tensaron en el manillar como dos tornillos de banco, y el pensamiento "¿Por qué me meto en esto?" cruzó por mi mente. ¿Les suena familiar?

Como redactor en 1000PS.at, he probado numerosas motocicletas en asfalto, pero el terreno off-road es un mundo completamente diferente. Un mundo donde incluso los conductores de carretera más experimentados vuelven a ser principiantes y enfrentan desafíos que nunca encontrarían en el asfalto liso. Después de muchas horas en el asiento de diversas Enduros y algunas lecciones dolorosas, hoy quiero abordar los problemas más comunes que complican la vida de los principiantes en el off-road y cómo podemos solucionarlos.

El primer obstáculo en el que muchos de nosotros tropezamos: los giros cerrados en grava. O te caes de lado como un árbol talado, o pierdes el radio estrecho y terminas de repente en el arbusto. El problema generalmente no está donde pensamos.

El desafío central en las curvas cerradas es – quizás ya lo sospechen – la técnica visual. En el terreno, este arte se vuelve aún más exigente, ya que nuestra mirada es atraída mágicamente por cada roca traicionera y cada surco profundo, como si fueran sirenas que quieren llevarnos a la perdición.

Mi consejo más importante: ¡Fuerza tu mirada a enfocarse en la salida de la curva! No solo los ojos, sino también gira ligeramente el eje de los hombros y el torso hacia tu punto de destino. La moto te seguirá como por arte de magia.

Con máquinas toscas y rebeldes, un truco que descubrí tras muchos intentos fallidos es conducir en primera marcha, equilibrar la moto con el embrague y el acelerador, pero usar el freno trasero para ajustar finamente. Esto estabiliza sorprendentemente la moto y compensa los golpes bruscos o sorpresas inesperadas del motor. Así, puedes dirigir incluso las Enduros más indomables a través de las curvas más estrechas como un domador a su fiera.

¿Les suena familiar? Después de veinte minutos en grava, tus antebrazos se sienten como si alguien hubiera inyectado cemento rápido en tu torrente sanguíneo. Estos notorios "arm-pump" son como luces de advertencia en el tablero – señalan que algo no va bien.

Los antebrazos tensos son un indicador infalible de que tienes demasiado estrés y tensión sobre la moto. Te aferras al manillar como un náufrago a un salvavidas. Curiosamente, la solución no está en las manos, sino en tu mente y tu respiración.

Un ritual que siempre me ayuda: respirar profundamente diez veces. Dirige la mirada conscientemente hacia adelante, más allá de la próxima colina. Percibe el paisaje, adopta pensamientos positivos. ¿Suena esotérico? Puede ser, pero funciona como un hechizo contra los brazos agarrotados.

En lugar de intentar relajar los dedos con fuerza (lo que generalmente solo lleva a más tensión), concéntrate en las articulaciones de los codos. Haz como en el baile del pájaro – deja que los codos se agiten brevemente arriba y abajo, sacúdelos con soltura. Puede que se vea ridículo, pero este pequeño truco me ha ayudado a menudo a engañar a mis brazos y adoptar una posición más relajada en el manillar.

La mayoría de los novatos en terrenos – yo incluido – se complican la vida innecesariamente. Queman energía como un motor sobrecalentado, especialmente al acelerar y frenar. Cada vez que frenamos o aceleramos, subimos o bajamos, nuestra musculatura debe luchar contra las fuerzas de aceleración. Es como si estuviéramos en medio de una tormenta, tratando de resistir el viento solo con la fuerza muscular.

La revelación clave llegó como una epifanía: ¡El equilibrio en las estriberas es la clave! Cuando te mantienes de pie sobre las estriberas, puedes lograr un efecto máximo con movimientos mínimos. Es como pasar de ser un peatón torpe a un bailarín elegante.

Comienza en tramos rectos y sencillos: mantente de pie sobre las estriberas y experimenta con la posición de tu torso durante maniobras de aceleración y frenado. El objetivo es dirigir las fuerzas directamente a las estriberas y el cierre de rodillas sin ejercer presión sobre los brazos.

Mi consejo de oro: No intentes inclinarte hacia adelante o hacia atrás de manera descontrolada. Sorprendentemente, la forma más eficiente de cambiar tu posición está en las articulaciones de los tobillos. Pequeños cambios de ángulo allí tienen impactos sorprendentes en tu centro de gravedad. Con un esfuerzo mínimo, obtén un efecto máximo – como un director que controla toda una orquesta con un ligero movimiento de muñeca.

En el paddock, a menudo me miran con una sonrisa. ¿Por qué llevas una suspensión Öhlins en tu moto? ¡Si no tienes talento! "¡Precisamente por eso!" es mi respuesta. En el off-road, las cosas son diferentes a la carretera. En el campo, el tuning de la suspensión beneficia a todos los pilotos. En mis Hardenduros siempre utilizo componentes de suspensión Öhlins. Como, por ejemplo, esta horquilla. La instalación y ajuste hacia "super suave" lo realiza la empresa Damianik. Mi ventaja: los golpes se amortiguan mejor. Esto es crucial en carreras como el KRKA Enduroraid, donde se rueda casi el 99% del tiempo sobre piedras durante 2 días. La suspensión de tuning de alta calidad simplemente absorbe mejor los impactos que la suspensión de serie. Esto preserva el cuerpo y la resistencia, y beneficia especialmente a los pilotos menos talentosos.

La pendiente pronunciada – para muchos, una montaña de miedo, más empinada que el aumento de la frecuencia cardíaca al verla. El temor a la pendiente está profundamente arraigado, pero el mayor problema no es la pendiente en sí, sino nuestro enfoque vacilante. La causa más común de fracasos en la pendiente es tan simple como sorprendente: falta de impulso. Nos acercamos con cautela, casi sigilosamente, como si nos acercáramos a un dragón dormido. Pero precisamente este comportamiento sella nuestro fracaso antes de llegar siquiera al pie de la pendiente.

Una pregunta pragmática que siempre me hago: ¿Cuál es el mayor problema: ir demasiado rápido o demasiado lento en la pendiente? La respuesta es clara: una aproximación demasiado lenta es el desafío más agotador. Es fácil reducir la velocidad en la pendiente, pero recuperar la velocidad perdida es como intentar recoger agua derramada.

La velocidad estabiliza como un corsé invisible. Es la poción mágica que disuelve muchos problemas en el Enduro. Especialmente cuando no hay abismos peligrosos a los lados de la pendiente, sino solo arbustos o prados suaves, uno puede aventurarse en "dimensiones de velocidad incómodas". Una caída sería molesta, pero las pendientes empinadas son, contrariamente a la intuición, áreas donde tienden a ocurrir menos lesiones graves que en otros tramos.

Al abordar la pendiente, aplico un impulso consciente de todo el cuerpo en las estriberas, combinado con un último acelerón, como un lanzador de jabalina que pone todo su cuerpo en el lanzamiento decisivo. Después, se trata de posicionar el peso para que la rueda delantera no apunte al cielo como un cohete en despegue.

Un error de pensamiento común en la pendiente: demasiados pensamientos sobre tracción y la rueda trasera. Es mucho más importante dar suficiente presión y dirección a la rueda delantera. Una rueda delantera descontrolada destruye más velocidad de la que la mejor tracción trasera puede compensar. Es como en un tándem: si el de delante pierde la orientación, no sirve de nada que el de atrás pedalee frenéticamente. Ya sea de pie, o si las energías están agotadas, sentado: desplaza tu peso hacia adelante, aplica presión en la rueda delantera. Te lo agradecerá llevándote a donde quieres ir, en lugar de llevarte a donde no deseas estar.

Conducir Enduro en terrenos difíciles no es brujería, sino un oficio que requiere paciencia, práctica y algunos trucos. Con la técnica visual adecuada, dominas los giros cerrados; con brazos relajados, mantienes la frescura por más tiempo; con un inteligente desplazamiento del peso, ahorras energía; y con el impulso correcto, conquistas cualquier pendiente pronunciada.

La lección más importante de mis aventuras en terrenos: el mayor obstáculo suele estar entre nuestras orejas. Si superamos nuestras barreras mentales, los obstáculos se convierten en desafíos, y los desafíos en diversión. Así que: respira profundo, mira al frente, acelera – ¡y lánzate a la aventura!