NIU RQi 2025 a prueba – Moto eléctrica A1

Con la RQi, NIU lanza al mercado una motocicleta eléctrica que se distingue intencionalmente de las típicas 125. A pesar de sus cifras de rendimiento moderadas, la RQi resulta convincente en muchos aspectos, aunque también presenta motivos para la crítica.

La RQi está equipada con un motor central de 5 kW que entrega una potencia máxima de 7,5 kW (aproximadamente 10 CV), transmitiendo la fuerza a la rueda trasera mediante cadena. Aunque no aprovecha completamente la categoría A1, su rendimiento en aceleración se sitúa en la cima de las motos de 125 cc, destacando especialmente en las bajas velocidades donde el impulso eléctrico es más dinámico. Gracias a la función Boost, acelera de 0 a 50 km/h en 2,9 segundos según el fabricante. Esta función y el Launch-Control están disponibles solo en el modo Sport.

El segundo modo, Dynamic, está ajustado para ser más suave y se presenta como la opción ideal para entornos urbanos. Según algunas fuentes en Internet y la propia web oficial de NIU, existe un tercer modo de conducción denominado E-Save, aunque esto puede ser confuso, ya que no se puede seleccionar manualmente, sino que se activa automáticamente cuando el nivel de la batería cae por debajo del 15%.

La velocidad máxima es de aproximadamente 100 a 110 km/h, alcanzable solo con ambas baterías instaladas y en un estado de carga óptimo. Con solo una batería, el modo Sport no está disponible y el vehículo limita la velocidad alcanzable a unos 70-75 km/h.

La velocidad percibida subjetivamente es menor, debido principalmente a la ausencia del sonido del motor y a la entrega lineal de potencia, en comparación con los vehículos de combustión. En comparación con una Kawasaki W230, una moto A2 que se utilizó como vehículo de cámara durante la prueba, no se observó una diferencia significativa en la velocidad real en curvas y rectas intermedias.

En una conducción dinámica, el peso relativamente alto (incluidas ambas baterías) de 186,5 kg es menos notorio que durante las maniobras de estacionamiento. Sin embargo, en la pista de pruebas, el rendimiento es suficiente siempre que el vehículo no se opere constantemente al límite de su capacidad. El modo Dynamic ofrece notablemente menos aceleración que el modo Sport, especialmente por encima de los 75 km/h.

La autonomía indicada por el fabricante de 95-105 km no se alcanzó durante las pruebas, realizadas con un gran uso a plena capacidad, como es habitual en las pruebas de motocicletas A1. Una cifra más realista sería unos 70 km con un perfil de conducción mixto. Con una conducción deportiva, la autonomía se reduce a unos 50 km.

Es notable que el último 15% de la capacidad de la batería se acompaña de una velocidad limitada electrónicamente a un máximo de 45 km/h (modo E-Save). El tiempo de carga con el cargador suministrado es de aproximadamente 6,5 a 7 horas (0-100%). No hay opciones de carga rápida (como CCS), la carga se realiza exclusivamente mediante enchufes domésticos.

Un aspecto distintivo son las dos baterías extraíbles de 23 kg, que pueden cargarse tanto en el vehículo como externamente. Esto hace que el vehículo sea especialmente interesante para los usuarios sin un punto de carga fijo. El desbloqueo del "Trunk" se realiza con solo presionar un botón o mediante la aplicación. Es posible operar el vehículo con una sola batería; sin embargo, la autonomía se reduce a la mitad y el modo Sport ya no está disponible.

Al observar la RQi, difícilmente se pensaría que es una moto apta para la categoría A1; más bien se asemeja a una A2 o incluso a un equivalente de 500 cc. La altura del asiento, de 825 mm, es cómodamente accesible, sin que uno se sienta fuera de lugar al subirse, incluso siendo un adulto de talla considerable. Particularmente con mi estatura de 1,87 metros, esto puede ser un problema en otras motos de 125 cc. La zona que conecta con el asiento, donde normalmente estaría el tanque en motos de combustión, requiere algo de adaptación. Con las dos baterías masivas colocadas lado a lado, no es posible mantener las rodillas juntas, y los muslos se ven obligados a separarse, casi como en una chopper robusta. Al subir o bajar, es fácil engancharse la entrepierna del pantalón en el compartimento de la batería si no se tiene cuidado. Los espejos, por su parte, son demasiado cortos y ofrecen una visibilidad trasera limitada.

El asiento es amplio y ofrece suficiente espacio incluso para llevar un pasajero. Destacan las agarraderas masivas, que permiten compensar los movimientos bruscos del conductor para el pasajero. Sin embargo, es decepcionante que la suspensión de la RQi no sea ajustable; aunque el amortiguador trasero teóricamente permite ajustar la precarga con una llave de gancho al quitar el asiento, en la práctica la accesibilidad y el rango de ajuste necesario no están disponibles. Esto desestabiliza la geometría del vehículo con carga completa.

La horquilla tiene una respuesta muy rígida, transmitiendo claramente los impactos. Aquí se ha economizado visiblemente, comparándose con modelos A1 significativamente más baratos. El alto peso del vehículo combinado con la simple suspensión limita el potencial deportivo de la RQi. Además, el amortiguador trasero sufre de una sub-amortiguación pronunciada y, junto con el asiento de acolchado duro, y la limitada autonomía, es una razón para reconsiderar realizar largos viajes con la RQi.

Por otro lado, los frenos están dimensionados acorde a su rendimiento y funcionan sin problemas. Las manetas son ajustables. Como en muchas motos eléctricas, faltan el embrague y el pedal de freno; todo el frenado se realiza con las manos. Un punto crítico en la práctica es el control de crucero, que no se desactiva al accionar el freno delantero, sino solo al usar el freno trasero. Esto puede ser confuso en marcha y podría llevar a situaciones peligrosas debido a aceleraciones inesperadas, lo que debería corregirse mediante una actualización de software.

Electrónicamente, la RQi ofrece algunas funciones interesantes que son difíciles de encontrar incluso en motocicletas mucho más caras: control de tracción, ABS, control de crucero, modo de arrastre (también en reversa, útil para maniobras) y funciones de Boost y Launch-Control. El control de tracción y el ABS solo se pueden desactivar a través de la aplicación correspondiente. Sin embargo, falta una indicación en la pantalla, lo cual es particularmente cuestionable desde el punto de vista legal en el caso del ABS.

A través de la aplicación, el vehículo puede arrancarse sin llave, verificar su ubicación y ver los últimos viajes, incluida la velocidad máxima y la ruta. También son posibles las actualizaciones Over-the-air. Además, se incluye una alarma de movimiento y una dashcam basada en la nube (delantera y trasera). Hasta 5 usuarios del vehículo pueden recibir una llave digital a través de la aplicación para utilizar el vehículo. El uso de la aplicación es gratuito durante los primeros tres años, después de lo cual cuesta 50 € por año.

La pantalla muestra la velocidad, el nivel de batería y la autonomía, y con la aplicación conectada, también el clima. Un indicador de potencia de hasta 11 kW causa confusión, ya que esto supera la potencia máxima nominal. Según el fabricante, la RQi cuenta con regeneración, aunque no se puede ajustar, sentir o está documentada de manera comprensible en la conducción. La NIU RQi está disponible en Austria y Alemania desde 6990 euros.